Calle
Catedral
“El
pequeño Sudamérica de Santiago”.
Increíble darse cuenta cómo una
simple calle, se puede convertir en un verdadero hogar para tantos extranjeros,
que llegan a esta ciudad en busca de un mejor futuro para ellos y los suyos.
Aún más increíble es que esta calle pueda ser tan heterogénea a la hora de
descubrir sus diversos lugares. Un simple recorrido que ayuda a conocer más las
atracciones que Santiago ofrece.
La calle Catedral, ubicada al
costado de Plaza de Armas, puede encantar
a cualquiera. Al recorrerla, te percatas inmediatamente lo variada que es, empezando
por la antigua y conocida Catedral Metropolitana que adorna el principio de
esta calle.
La catedral fue cimentada al
mismo estilo de las grandes construcciones en España, que consistía en crear
calles rectas y rectangulares, dejando al medio un centro de reuniones, plazas,
etc. Esto se mantiene hasta el día de hoy, así también conservando toda su
historia.
Catedral está compuesta de 19
cuadras con calles muy transitadas del centro de Santiago. Empieza en Plaza de
Armas y termina en Matucana, al costado del Museo de la Memoria y los Derechos
Humanos. Está divida en varios sectores,
lo que se explica a lo largo de este texto.
Entre Plaza de Armas y Bandera es el sector
con más flujo de inmigrantes peruanos, colombianos, ecuatorianos, cubanos, panameños,
dominicanos, etc. Es fácil percatarse de esto, ya que puedes escucharlos hablar
y así reconocer sus acentos, también por
su color de piel. Después de Bandera, puedes apreciar todo tipo de edificios desde
4 hasta 30 pisos aproximadamente, unos más antiguos que otros, de colores
opacos, que usualmente son usados por
contadores, abogados, y oficinistas en general, lo que a su vez, la convierten
en una calle completamente diurna. Catedral en si ha cambiado bastante su
aspecto, ya que ha “crecido hacia arriba”, lo que le da bastante vida a este
lugar. Para sus comerciantes y residentes es muy agradable ver como la calle es
altamente transitada por todo tipo de personas a diario.
Todo es tan variado acá, que se
vuelve difícil definir si es una calle comercial o residencial, simplemente hay que recorrerla para definirla,
ya que alberga todo tipo de locales;
desde peluquerías, centros de llamados e internet, restaurantes, hostales, moteles, colegios, iglesias y hasta un
registro civil.
Un señor que tiene una pequeña
sastrería en el “Caracol” de Catedral, ubicado justo entre Plaza de Armas y
Bandera, me cuenta con empatía que antiguamente, antes de la llegada del Transantiago,
ese sector era un caos. Las causantes eran las micros amarillas que
frecuentaban esa intersección hace años. Don Gerardo lo recuerda como si fuera
ayer, ya que le traía serios problemas en su local, y el ambiente se volvía hostil,
por lo que él prefería cerrar las puertas de su negocio. Agrega que,
antiguamente, este Caracol estaba ocupado mayoritariamente por contadores, ópticas
y sastrerías. Todo lo contrario a lo que es hoy, ya que ahora lo que prima acá son
unas pequeñas y coloridas tiendas de comida peruana, colombiana, ecuatoriana,
etc.
Mi sensación favorita fue la
diversidad de aromas que sentí al entrar al Caracol, para mí, es lo que refleja
de mejor forma lo que es el corazón, el alma y la imagen de esta calle. Por eso
mismo es que ya ha sido parte de diversos reportajes que han hecho en
televisión y prensa escrita sobre las comunidades extranjeras en Chile. Es increíble
cómo sientes que el extranjero fuera uno, con olores realmente exquisitos. Debido
a estos locales, los olores que más resaltan, son de carne y
“frijoles”. Altamente recomendado para la gente que guste
probar de una gastronomía diferente a la nuestra. A estos pequeños locales de
comida, se le suman la gran cantidad de peluquerías atendidas por
centroamericanos con un claro enfoque a la gente que busca un estilo mucho más
popular a los ya tradicionales cortes de pelo que usan los santiaguinos.
Al seguir mi recorrido, me topé
con una señora dueña de un kiosco con más de 30 años en el sector, ubicado en
Morandé. Describe a la calle como muy tranquila, exceptuando “el sector de los
peruanos”, ya que desde su llegada, se ha visto mucha suciedad en las calles de
todo tipo, ya sea comida, papeles, vómito, etc. A su vez, hace gran énfasis en el aumento de
la delincuencia y la prostitución. Expresa su pesar y malestar, ya que esto
altera su negocio. Al contarme sobre lo que la aqueja, recuerda que de los más
de 7 años que lleva trabajando ahí, pasó solamente una vez una marcha
estudiantil por calle Catedral y fue lo peor para su kiosco, a causa de los
delincuentes que le robaron todo. Esta fue la única vez que sucedió, ya que la
calle es muy estrecha para la alta convocatoria de estas marchas.
Llama la atención de los vecinos
la gran cantidad de casas abandonadas – especialmente de adobe - en el sector
de la intersección de San Martín hacia el poniente. Claramente han sido tomadas
por agrupaciones “okupas”, que se han encargado de pintarlas con muchos colores
fuertes y llamativos, para así también poder marcar su terreno, algo que no
tiene contentos a los vecinos. Tampoco hay grandes árboles que destaquen, sólo pequeños
arbustos. El sector residencial carece de áreas verdes que no le vendrían nada
de mal, para así, poder alegrar el entorno de este envejecido lugar.
Una de las avenidas con las que
intersecta Catedral, es Av. Brasil, la única calle con un flujo de personas
mayoritariamente bohemias, esto la convertiría en la única avenida que le da vida
a catedral durante la noche.
Ha sido un placer recorrer y
observar esta calle, ya que me ha tocado descubrir lugares que eran incógnitos
para mí. En mi mente queda la amplia variedad de negocios, casas, edificios antiguos,
edificios más nuevos, y tiendas de comida, cómo también las personas que esta
calle ofrece, y que tal como lo viví, lo pueden vivir ustedes. Una experiencia
que vale la pena.